Valió más el oficio rojiblanco que el empecinamiento de los albos
En un laborioso encuentro el Jockey sacó adelante con aplomo de campeón el incómodo partido que le propuso su clásico desafiante.
En un marco espectacular de color y público se reeditó el gran y más añejo clásico del rugby salteño. Las instalaciones del anfitrión quedaron chicas para semejante convocatoria. Realmente, la falta de “tablón” para disfrutar con comodidad el partido es un buen signo de que año tras año se suman más espectadores a la disciplina.
Tras un partido dinámico y palo a palo en intermedia que terminó en beneficio del Albo por 39 a 30, dio comienzo el plato principal de la jornada que sorprendió por su desarrollo, un tanto atípico por cuanto no fueron las habituales virtudes de ambos las que sobresalieron sino los recursos de alternativa que encontraron rebuscando en el fondo del bolsillo.
En rigor descriptivo, el primer tiempo fue como un nudo que no terminaba de desatarse. Prácticamente transcurrió con la solitaria anotación de un drop a los 5 minutos de iniciado el encuentro. ¿Quién otro que el “Jonny Wilkinson” del NOA podría ser el autor? Efectivamente, el poco coqueto chancletazo había sido firmado por el talentoso Santiago Larrieu que así empezaba a despedirse, en su versión de jugador, del siempre verde rectángulo de Limache.
En ese primer tiempo la comunicación entre los rivales era mediante código “test match”: duelo de patadas tácticas, apuestas reiteradas al error del rival, búsqueda de ventaja de avance en el campo de juego, presión y posicionamiento cercano al ingoal en procura de anotar, disputa de cada formación como si fuera la última. No obstante no era un partido aburrido. Fue tenso, parejo, errático e impreciso por momentos y con jugadas que llevan a levantarse del asiento pero que, de concreción: poco y nada.
En todo ese tramo se lo vio mejor al visitante que, de hecho, gracias a un try de Luciano Marquiéguez, casi cerrando la primera mitad, se fue al vestuario con un 7 a 3 a favor que habla a las claras del poco lustre del juego en cuanto a la finalización de las jugadas.
En el complemento el platillo de la balanza se fue inclinando hacia el elenco local, que fue ganando en confianza, desordenando al rival aunque sin su afamado juego a lo “Fórmula 1” pero con oficio y método pudo prácticamente sacarle jugo a toda oportunidad que se le presentó. De hecho, 4 jugadores diferentes facturaron mediante el uso del pie y en ejecuciones de larga distancia. A lo aportado por Larrieu se le sumó un nuevo drop, de gran riqueza técnica por parte de Goytia, un penal de Cil y otro de López Fleming. Los tries vinieron por Ovejero y Prieto.
A su antagonista no le salió ninguna de las muchas oportunidades que tuvo para sumar por la remanida aunque usualmente efectiva vía del “line & maul”. Se repitió lo del primer tiempo y volvió a demorar 38 minutos para anotarse en el marcador. Pero no fue por falta de ocasiones, ya que en todo el partido tuvo cerca de 12 lines a metros del ingoal que no le dieron el rédito esperable ya sea por mérito neutralizador del contrario o bien por carecer el XV ejecutante del carácter y convicción que la instancia precisaba. El empecinamiento caprichoso por no experimentar mayormente a los postes o de probar otras alternativas (jugada preparada, scrum, pick and go, la sorpresa que sea) quedó en evidencia cuando en los últimos dos minutos se largó a jugar desplegado de manos conquistando dos tries que le permitieron llevarse a la casa un porotero con mejor aspecto.
Pasó un clásico más y la tendencia sigue siendo merecidamente rojiblanca. Se despidió “el Colo” Larrieu, jugando y rindiendo como el grandísimo y talentoso jugador que supo ser. Alguien, esperemos que algún salteño bendecido, heredará su guante y su afán de superación.
Por lo pronto, seguramente seguiremos viendo intensos partidos entre estos dos jóvenes planteles. Y se irá viendo cómo van articulando sus recambios para que puedan ir recaudando la dosis necesaria de experiencia, que es ese 16vo jugador que sentirán un día que los acompaña dentro de la cancha.
Por Esteban Cortés para Norte Rugby.
Síntesis:
Jockey Club de Salta: Pablo Gastón Vaca, Rogelio Sanmillán, Ignacio Torres, Pablo Fernández, Lucas Pereyra, Francisco García, Alvaro Prieto, Hugo Aldao, Mateo Cornejo, Santiago Larrieu, Tomás Juárez, Fernando Goytia, Octavio Ovejero (C), Baltazar Ozu y Mateo López Fleming.
Suplentes: Lautaro Cardozo, Marcelo Cardozo, Carlos Pantoja, Juan Pablo Mendoza, Sixto Ovejero, Tomás Cil, Gerónimo Racioppi y Gervasio Aldao.
Coachs: Baltazar Decavi, Juan Figallo y Francisco Arias.
Gimnasia y Tiro: Lucas Toro, Valentín Richter (C), Juan Cruz Marsal, Franco Tingarelli, Luciano Marquieguez, Tadeo Elías, Ignacio Marquieguez, Lautaro Diez, Agustín Alloa, Francisco Perotta, Agustín Ruiz, Alejo Haro, Juan Ignacio Nieva, Tomás Flores y Ezequiel Guerrero.
Suplentes: Ignacio Tobío, Luciano Mayorga, Joaquín Sánchez Mónico, Francisco Gangi, Máximo Clérici, Jorge Molina, Mariano Panico y Santiago Flores.
Head Coach: Juan Crivellini.
Tantos 1er tiempo: 5’ drop conv por Santiago Larrieu (J), 38’ try de Luciano Marquiéguez conv por Agustín Alloa (G).
Resultado parcial: Jockey Club de Salta 3 - Gimnasia y Tiro 7.
Tantos 2do tiempo: 4’ try de Octavio Ovejero conv por Santiago Larrieu (J), 13’ drop conv por Fernando Goytia (J), 21’ penal conv por Tomás Cil (J), 24’ try de Alvaro Prieto conv por Mateo López Fleming (J), 37’ try de Juan Ignacio Nieva (G), 39’ try de Tomás Flores (G).
Resultado final: Jockey Club de Salta 24 - Gimnasia y Tiro 17 (4 - 1).
Árbitro: Agustín Godoy (URS).
Linesman: Fernando Cruz (URS)) y Atilio Boggione (URT).
Resultado de Intermedia: Jockey Club de Salta 30 - Gimnasia y Tiro 39 (0 - 5).
Cancha: Jockey Club de Salta en Limache.
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