Motivaciones del niño

domingo, 8 de agosto de 2021 Dejá un comentario

La columna de Sebastián Perasso en Norte RugbyEn su columna semanal de Norte Rugby, Sebastián Perasso, analiza las "Motivaciones del niño".

Quienes colaboran con un equipo de rugby deben conocer las motivaciones de los niños cuando practican deporte. De lo contrario, no estarán en las mejores condiciones de influir positivamente en ellos para que puedan sentirse involucrados, satisfechos y realizados.

La motivación es el interés relacionado con una actividad determinada. Es una actitud. La actitud de estar activado o energizado positivamente.

Pero ¿Por qué es tan importante la motivación? Porque estimula, moviliza, activa y canaliza las acciones de los sujetos. Constituye una condición “sine qua non” para crear las condiciones propicias para permitir la enseñanza. En ese sentido, hay una frase que constituye toda una definición: “Sin motivación no hay aprendizaje”

¿Cuáles son las motivaciones más significativas en el ámbito del deporte infantil?

Algunas de las motivaciones más importantes para que los niños practiquen deporte son las siguientes:

- Poder mostrar maestría en el dominio de las habilidades deportivas.
- Considerarse competente al compararse con los demás.
- Merecer la aprobación de personas influyentes.
- Hacer amigos.
- Pertenecer a un grupo.
- Mejorar psicomotrizmente.
- Divertirse.


Es muy importante el elogio de personas cercanas e influyentes porque a los niños les gusta recibir refuerzos positivos vinculados con el reconocimiento de sus logros a nivel deportivo. Eso les genera un compromiso y una motivación muy especial.

Las razones para practicar deporte son más de tipo social y externa que las que esgrime un adulto.

La motivación es muy importante porque su ausencia lleva al abandono por desinterés y falta de objetivos.

¿Cómo favorecer la motivación?

- 1. Valorando su esfuerzo.
- 2. Dando a conocer sus avances.
- 3. Conociendo el nivel de aspiraciones del niño.
- 4. Entregando refuerzos positivos.

Es altamente positivo valorar el esfuerzo realizado por los niños. La actitud debe reconocerse ya que es una fuente de motivación importante.

Ejemplo: “Hoy estuviste muy atento”; “Te vi con ganas y entusiasmo”, “te felicito porque te involucraste en todos los ejercicios” etcétera.

Dar a conocer las conquistas o logros de los jugadores también es estimulante y genera un efecto motivador.

Ejemplo: “estas tackleando más que antes”; “estas protegiendo mejor la pelota”, “mejoraste mucho tu pase”, etcétera.

Elevar la autoestima de los niños aumenta su nivel de motivación y los hace sentir más valorados e involucrados en la actividad que desarrollan. Para ello, los entrenadores deben aspirar a que sus jugadores se sientan:

- Contenidos
- Valorados
- Exigidos

Existen algunas herramientas para que el jugador se pueda sentir contenido por su coach. En ese sentido, saber el nombre de sus jugadores, conocer sus características y sus virtudes o escucharlos con atención son una fuente de contención para los chicos.

Los jugadores se sienten valores si les manifestamos que estamos contentos y complacidos con sus progresos y avances.

Más allá de “jugar bien o mal” al rugby, al margen de la capacidad atlética y el dominio del juego, todos debiéramos tener algo positivo que decirle a cada uno de nuestros jugadores. La frase “para todos un logro” resume de manera perfecta la necesidad de comunicarles a cada uno algo positivo.

Los jugadores también necesitan sentirse exigidos para elevar su estima, porque ello implica que nos importan sus progresos y le prestamos la debida atención.

Obviamente se debe atender la exigencia conforme a la edad de los jugadores involucrados.

Como entrenadores debemos conocer el nivel de aspiraciones de los jugadores, así como sus experiencias en materia de fracaso o de éxito en el deporte.

Puede resultar que un niño juegue realmente bien al rugby y se destaque por sobre el resto. Sin embargo, si tiene aspiraciones desmedidas (ejemplo: marcar un try cada vez que tiene la pelota) es posible que tenga un nivel de autoestima relativamente bajo.

En rigor, la autoestima no depende de manera tajante de las buenas o malas actuaciones, sino de la magnitud de sus metas o aspiraciones.

Es cierto que buenas producciones deportivas contribuyen a la autoestima, pero ésta dependerá en mayor medida de sus aspiraciones y de la concepción que el niño tenga sobre sí mismo.

Dentro de ese panorama los entrenadores tienen el desafío de “construir confianza” y de lograr la estima y valoración de sus propios jugadores y ello se logra principalmente a través de sus devoluciones.

Es importante que el entrenador pueda adecuar las aspiraciones de los niños a las posibilidades reales de conseguir sus logros o metas. Llenarlos de frustraciones solo genera desmotivación y pérdida de interés.

Los refuerzos positivos (elogios, alabanzas, sonrisas, reconocimientos) son vitales para generar el clima propicio para el aprendizaje. Dichos refuerzos deben ser aplicados de manera inmediata a la acción.

El profesor Fernando Cabrera, del SIC, remarca su importancia en esta etapa. Al respecto dice: “De niño construimos nuestra propia imagen en base a las devoluciones de los demás. De allí la importancia de los refuerzos positivos.”

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