Los de Marcos Paz superaron a Huirapuca por 40 a 26, en la 1° fecha de la Copa de Oro.

A Tucumán Rugby le tomó dos partidos apagar el incendio que se le había desatado sobre el final del Súper 8 y volver a tomar las riendas de su propio destino. Por si quedaban dudas de su victoria sobre Huirapuca la semana pasada, en la clausura del octogonal, volvió a derrotarlo en el inicio de la Copa de Oro por 40-26 y recuperó la impagable seguridad de saber que depende de sí mismo para alcanzar su título número 22.

El “Verdinegro”, en estado delicado hasta hace dos semanas, dio muestras de muy buena salud en el primer tiempo, como a lo largo de casi todo el Regional. Pocos equipos saben hacer tanto daño como el de Marcos Paz cuando tiene la pelota a su disposición. Y gracias al gran trabajo de su pack de forwards, ejerció un dominio claro sobre los de Concepción en la primera parte, en la que llegó a tener un bonus provisorio con los tries de Juan Cruz Guzmán y Pablo Forenza, más un try penal, todos oportunamente convertidos por Augusto López Salas. No obstante, tuvo pasajes de indisciplina en defensa que habilitaron a Ezequiel Faralle a sumar por vía penal.

Obligado a reaccionar, Huirapuca puso sobre la mesa del segundo tiempo la enjundia que lo caracteriza, pero para llegar al ingoal primero tuvo que desgastar la pared que fue Tucumán Rugby en defensa. Logró hacerlo dos veces, a través de Macario Villaluenga y Gabriel Herrera, aunque más por insistencia que por otra cosa. Su problema fueron las imprecisiones en la circulación de la pelota que terminaban en knock on. No solo le sabotearon un try casi hecho, sino que además le costaron uno en contra, el de Matías Sauze, quien capturó una pelota suelta en el fondo y la llevó a zona de puntos. El “Verdinegro” demostró que está vivito y coleando.

Fuente: La Gaceta de Tucumán - Foto de María Silvia Granara.