"Un infierno encantador"
Los días en Pensacola son difíciles, pero necesarios, asegura Farías Cabello.
El dolor forma parte de la sinfonía. Es una sensación que termina haciendo base dentro de una melodía de corazón celeste y blanco. En Pensacola se sufre, se la pasa mal, pero gusta, motiva, enamora y picanea una idea cuyo objetivo viene envuelto en el debut en la Rugby Championship, el 18 de agosto.
Los Pumas afilan sus garras en La Florida, queman grasas rebeldes, olvidan la farra de días de libertad. Y trabajan; trabajan hasta olvidar qué significa dolor y convertirlo en un amigo fiel, en un confidente de noches de quejas eternas. En Pensacola se vive un infierno. "Un infierno encantador", corrige sobre la marcha Julio Farías Cabello, casi sin energías como para pedirle reacción en un ida y vuelta, teclado mediante. "Dolores varios sientooooo", estira las sensaciones el flaco y se hace entender. Las ganas sobran en la concentración criolla. "Estas dos semanas acá serán la base de todo. De todo lo que se nos viene encima ahora con la Rugby Championship", recalca el gigante tucumano, uno de los más veteranos de la legión albiceleste en las costas del Tío Sam. ¿Qué tal la playa? "¿Qué playa?", retruca. "¿Vos creés que quedan ganas de pisar la arena siquiera después de la paliza que nos pegan todos los días? Nos están matando, amigo. Igual que el año pasado", describe la situación Farías Cabello, aunque antes de que la cabeza entre a formular algún título de pesadilla, por lo mal que la está pasando el grupo, el forward agradece tanto cachengue. Sirvió en el Mundial y servirá de nuevo ahora, es el pensamiento generalizado.
"Es fundamental dejar todo como lo estamos haciendo nosotros. Acá no se viene de paseo ni de compras ni a regalar nada. Venimos a matarnos todos los días para estar plenos cuando debamos enfrentarnos a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda", afirma con mayúsculas el hombre, y describe el día a día en la concentración del coqueto centro deportivo de alto rendimiento.
"Lunes, martes, jueves y viernes, doble turno. El plantel se divide en tres grupos. Uno arranca a las 6.45; otro a las 7.45, y el último a las 8.45. El miércoles es día de labores regenerativas y de tarde libre. Las rutinas se basan en entrenamientos de coordinación (con pesas) y terminan con un físico matador, antes del almuerzo. Matador. A la tarde, los ejercicios cambian, aunque a la guinda no la vemos ni de casualidad, ja", lamenta quien por edad y experiencia debe ser uno de los que pican en punta en cada sesión. "Hay que dar el ejemplo, ¿eh? Je, je", ríe el compañero de habitación de Santiago Fernández y Leonardo Senatore.
Cuestión de amistad:
Lo bueno de la concentración en Pensacola pasa por la unión del grupo, por la convivencia de un equipo que pronto se convertirá en familia. Y si realmente logra su cometido, los resultados estarán a la vista. "Es muy importante para nosotros este tipo encuentros. Le hace muy bien al grupo, nos une a cada uno como persona y rugbier", ratifica el "Flaco", y se niega a entregar atados a sus compadres, ante la incógnita de si hay algún vagoneta en las prácticas.
"No me pidas que diga eso, no lo puedo hacer, ja, ja. Siempre están los animales y los vagos, ja, ja, pero ¡nada de nombres!".
- Bueno, los animales, entonces.
- 'Juancito' Imhoff es un ANIMAL como corre, y el "Toro" (Marcos) Ayerza en pesas. Lo mismo, estamos casi todos parejitos, je. Pero yo estoy siempre prendido con los de adelante.
-Y con el inglés, cómo la llevás.
- Ni lo menciones, pa' tras. Soy un papelón, de los pocos que no habla. Y siempre dije que iba a ¡estudiarlo! Soy un chanta, ja, ja, ja.
» Fuente: Leo Noli - La Gaceta | Fotos: Prensa UAR.
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