Cristian Fernández regreso a Lomas
miércoles, 9 de septiembre de 2009
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El salteño Cristian Fernández pegó la vuelta de Nueva Zelanda y regresó a Lomas. El pilar repasó su experiencia en tierra kiwi. “En la Argentina tenemos muchísima materia prima, pero estamos lejos en el nivel de entrenamientos, detalles y seriedad de ellos”, dijo.
El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen, dice una famosa frase. Y eso fue lo que pasó con Cristian Fernández, el salteño de 26 años que en febrero de este 2009 dejó Lomas para probar suerte en Midwestern, de la NPC B de Nueva Zelanda. Ahora, el primera línea está de regreso y el sábado pasado ya se calzó la camiseta de la Intermedia en el partido ante Atlético del Rosario y, de yapa, estuvo en el banco de suplentes para la Primera.
Como antecedentes, Cristian jugó en Gimnasia y Tiro y compitió en el Argentino de Uniones con el Seleccionado de Salta. Además, fue campeón en España con Murcia, donde estuvo entre 2004 y 2006. El año pasado llegó a Longchamps con otro salteño, Facundo Corimayo, a probar suerte al Tricolor del Pato Noriega, pero luego de una temporada partió hacia la tierra de los All Blacks, de donde se volvió hace tres semanas.
¿Por qué te volviste?
Volví porque allá tengo un receso y, aunque podría haberme quedado a participar del torneo NPC B y tal vez jugar algunos partidos en el equipo A, preferí volver y jugar acá, visitar mi familia, renovar mi visado y poder volver con todas las pilas otra vez para poder comenzar de cero y tratar de lograr un contrato en el equipo de NPC para la próxima temporada. En esta, cuando llegué, ya tenían 19 de 26 contratos firmados y los primeras líneas ya habían firmado todos. Igualmente quedé seleccionado, pero sin posibilidad de lograr un contrato a menos que alguien tenga una lesión grave.
Entonces pegás la vuelta…
Hasta ahora sí. Tengo un año más de contrato para la temporada 2010 y la idea es volver. Además, dejé mi perrita allá con mis amigos, así que sí o sí tengo que volver.
¿Qué te dejó tu experiencia en NZ?
Si tengo que valorar cada cosa vamos a hacer una carta muy larga, pero en pocas palabras lo que más me dejó es haber vivido el rugby día y noche y haber aprendido de los mejores. El secreto de tanto éxito de los Kiwis, sin lugar a duda, es el sacrificio, la seriedad y la profesionalidad que le ponen a este deporte y en todos los aspectos. Creo que en Argentina tenemos muchísima materia prima, pero estamos lejos en el nivel de entrenamientos, detalles y seriedad que tiene esta gente.
¿Cómo es el nivel del campeonato que jugaste allá comparado con el de Buenos Aires?
El nivel es muy parecido. Creo que la diferencia que se nota es la parte física y que es profesional. Los chicos allá viven de esto y, además, muchos de los jugadores también son jugadores de equipos de Super 14, por lo que tienen mucho nivel. Pero el Top 14 de acá también es una competencia muy buena.
Estabas completamente solo, ¿extrañabas?
Y… si te digo que no, medio que no me creés. Siempre se extraña, sobre todo la familia, los amigos y las costumbres nuestras, pero cuando te lográs adaptar no se extraña mucho. Es un país único, con gente muy amable y donde no se viven ni cerca las injusticias y los abusos que se viven en Argentina, donde el respeto es algo que no se perdió.
¿Y qué hacías en tus tiempos libres?
Se entrenaba mucho, así que tenía que aprovechar para descansar. Pero cuando podía como actividades hacíamos buceo, surf, caza, pesca y ayudaba a mis amigos en el negocio de comidas árabes que tienen. Es un país con muchos lugares lindos y, sobretodo, no están lejos y se pueden aprovechar.
¿Te mantenés en contacto con tus compañeros?
Sí, hay varios compañeros y amigos que fueron contratados por distintos equipos, pero con la magia del Facebook seguimos en contacto -risas-.
Incursaste como entrenador también, ¿no?
Sí, entrené el equipo JB 7, que sería un M14 acá y fue una experiencia linda, sobretodo porque mi inglés no era el mejor, pero de a poco fuí aprendiendo y haciéndome entender mejor. Los chicos jugaron la final de su torneo hace una semana y la ganaron, así que cuando me llegó la noticia me dio mucha alegría y orgullo. Sobre todo porque es un equipo chico de un pequeño pueblo que nunca habían ganado un torneo en esa división, así que me puso muy feliz.
* Fuente: Rugby Fun
El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen, dice una famosa frase. Y eso fue lo que pasó con Cristian Fernández, el salteño de 26 años que en febrero de este 2009 dejó Lomas para probar suerte en Midwestern, de la NPC B de Nueva Zelanda. Ahora, el primera línea está de regreso y el sábado pasado ya se calzó la camiseta de la Intermedia en el partido ante Atlético del Rosario y, de yapa, estuvo en el banco de suplentes para la Primera.
Como antecedentes, Cristian jugó en Gimnasia y Tiro y compitió en el Argentino de Uniones con el Seleccionado de Salta. Además, fue campeón en España con Murcia, donde estuvo entre 2004 y 2006. El año pasado llegó a Longchamps con otro salteño, Facundo Corimayo, a probar suerte al Tricolor del Pato Noriega, pero luego de una temporada partió hacia la tierra de los All Blacks, de donde se volvió hace tres semanas.
¿Por qué te volviste?
Volví porque allá tengo un receso y, aunque podría haberme quedado a participar del torneo NPC B y tal vez jugar algunos partidos en el equipo A, preferí volver y jugar acá, visitar mi familia, renovar mi visado y poder volver con todas las pilas otra vez para poder comenzar de cero y tratar de lograr un contrato en el equipo de NPC para la próxima temporada. En esta, cuando llegué, ya tenían 19 de 26 contratos firmados y los primeras líneas ya habían firmado todos. Igualmente quedé seleccionado, pero sin posibilidad de lograr un contrato a menos que alguien tenga una lesión grave.
Entonces pegás la vuelta…
Hasta ahora sí. Tengo un año más de contrato para la temporada 2010 y la idea es volver. Además, dejé mi perrita allá con mis amigos, así que sí o sí tengo que volver.
¿Qué te dejó tu experiencia en NZ?
Si tengo que valorar cada cosa vamos a hacer una carta muy larga, pero en pocas palabras lo que más me dejó es haber vivido el rugby día y noche y haber aprendido de los mejores. El secreto de tanto éxito de los Kiwis, sin lugar a duda, es el sacrificio, la seriedad y la profesionalidad que le ponen a este deporte y en todos los aspectos. Creo que en Argentina tenemos muchísima materia prima, pero estamos lejos en el nivel de entrenamientos, detalles y seriedad que tiene esta gente.
¿Cómo es el nivel del campeonato que jugaste allá comparado con el de Buenos Aires?
El nivel es muy parecido. Creo que la diferencia que se nota es la parte física y que es profesional. Los chicos allá viven de esto y, además, muchos de los jugadores también son jugadores de equipos de Super 14, por lo que tienen mucho nivel. Pero el Top 14 de acá también es una competencia muy buena.
Estabas completamente solo, ¿extrañabas?
Y… si te digo que no, medio que no me creés. Siempre se extraña, sobre todo la familia, los amigos y las costumbres nuestras, pero cuando te lográs adaptar no se extraña mucho. Es un país único, con gente muy amable y donde no se viven ni cerca las injusticias y los abusos que se viven en Argentina, donde el respeto es algo que no se perdió.
¿Y qué hacías en tus tiempos libres?
Se entrenaba mucho, así que tenía que aprovechar para descansar. Pero cuando podía como actividades hacíamos buceo, surf, caza, pesca y ayudaba a mis amigos en el negocio de comidas árabes que tienen. Es un país con muchos lugares lindos y, sobretodo, no están lejos y se pueden aprovechar.
¿Te mantenés en contacto con tus compañeros?
Sí, hay varios compañeros y amigos que fueron contratados por distintos equipos, pero con la magia del Facebook seguimos en contacto -risas-.
Incursaste como entrenador también, ¿no?
Sí, entrené el equipo JB 7, que sería un M14 acá y fue una experiencia linda, sobretodo porque mi inglés no era el mejor, pero de a poco fuí aprendiendo y haciéndome entender mejor. Los chicos jugaron la final de su torneo hace una semana y la ganaron, así que cuando me llegó la noticia me dio mucha alegría y orgullo. Sobre todo porque es un equipo chico de un pequeño pueblo que nunca habían ganado un torneo en esa división, así que me puso muy feliz.
* Fuente: Rugby Fun
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